miércoles, 12 de noviembre de 2008

ARTICULO 3 REINA DEL POP

Madonna es el último mito musical del siglo. Con una imagen camaleónica, la rubia explosiva de los ochenta es hoy una mujer de negocios y madre de dos hijos. Pero si algo no ha cambiado en su vida, es su éxito en el mundo de la música. Con los cuarenta más que cumplidos, Madonna sigue siendo una número uno, a pesar de haber dicho adiós hace tiempo a la polémica y al escándalo, que la encumbraron hasta la categoría de diva musical.

Con 16 años se fue de casa

La biografía de Madonna parece de novela. Tercera de ocho hijos, Madonna Louise Veronica Ciccone nació el 16 de agosto de 1958 en Rochester, Michigan, de padre italiano y madre canadiense. Cuando contaba con solo seis años su madre murió de cáncer y su padre se encargó de darle una educación estrictamente católica.
En la escuela secundaria ya era una líder de masas además de conseguir excelentes resultados académicos. Pero su lucha por la originalidad llevó a Madonna a salir pronto de su hogar conservador. Con 35 dólares (3.000 pesetas) y su maleta llena de maillots de danza compró un billete para Nueva York cuando tenía 16 años.

Fresca, descarada y seductora

Desde sus duros inicios en la noche neoyorquina –presentó su primera maqueta en una discoteca de moda en los ochenta en Nueva York-, Madonna ha sido la encarnación de la rebeldía, el escándalo y la provocación. Madonna se convirtió en el sex-symbol de la Norteamérica conservadora de Reagan. La revista Time la definió como “fresca, descarada y seductora” y People, como una chica que “luce como Marilyn y baila como Elvis”.

Una chica de oro

Madonna subía como la espuma. Entre 1984 y 1985 vendió 14 millones de discos; recaudó 2.800 millones de pesetas por su primera película como protagonista, Buscando a Susan desesperadamente y batió el récord de venta anticipada de entradas en el Radio City Hall de Nueva York: en 34 minutos vendió las 17.622 localidades. La historia de Madonna era una batalla por conseguir que el mundo le dedicara su atención.

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